Hoy cumple 17 años mi querida sobrina Elisa, por supuesto que tengo pegada en la cabeza la famosa (y ahora creo que vetada) canción de los ángeles azules … amo su inocencia, 17 años 🎶
Pensar en sus 17 años y mi inminente cumpleaños en 3 días me hace recordar aquel día cuando YO cumplí 17 años. Ha sido uno de mis cumpleaños más memorables, lo recuerdo con inmensa gratitud.
Ya hace 30 años que pasó, y antes de que me ponga más vieja y se me vayan olvidando más detalles, mejor lo escribo para poder recordarlo en un futuro.
Morelia
Yo vivía en Morelia cuando cumplí 17 años. Mis papás y hermana estaban en Lázaro Cárdenas. Hoy que tengo hijos de casi 13 y una sobrina precisamente en esa edad, no puedo comprender cómo es que vivía yo «solita» estando tan chiquita. Pero bueno, así fue y siempre me he enorgullecido de mi temprana madurez, y agradecida por la gente buena que me encontré en el camino y me acompañó en el.
Pues ese día era entre semana, un día normal de escuela. Mis amigas Acaparinas me celebraron a la hora del «recreo» o creo que para entonces ya le decíamos «receso» para oírnos más maduras. Nos juntamos en una cafetería frente a la prepa Vasco de Quiroga, ahí en la calle de Taximaroa. Era uno de esas establecimientos fugaces que no pegaban y luego cerraban. Nada se comparaba con la tiendita de la esquina o los famosísimos «sopes de la Vasco».
Supongo que por privacidad, o simplemente por hipsters, fuimos a ese lugar donde no había nadie más. Le pusieron una velita a un pingüino marinela, me cantaron Las Mañanitas y tan tan. Fue bonito y se los agradezco, pero como que noté que todas hacían alusión a que esa era ya toda la celebración y bye.
Yo deseaba algo más y pues si no lo pides no lo tendrás right? así que les dije, oigan pero hagamos algo más, vamos en la tarde al cine, o a Plaza las Américas, que se yo, no mamen esto no se puede quedar así (tan pinche). Y una por una me fueron dando sus explicaciones de que por angas o mangas no podrían ☹️.
Las únicas dos que aceptaron, bueno, la única que dijo, «bueno pues ven a mi casa y vemos que hacemos», fue Indira. También Sandra se apuntó, pero en ella era OBVIO. Eran unos tiempos en los que pasábamos TODAS … TODAS las tardes juntas. Así que ella por ningún motivo me podía decir no.
La Fecha Especial
Al salir de la escuela, como era costumbre, cada quien se iba a comer a «su» casa. Yo no porque yo no vivía en mi casa, yo vivía en una casa de alguien más. Pero bueno, Sandra se fue a su casa, Indira a la suya, y yo a la casa donde vivía.
Me sentía tan triste y sola.
Acababa de pasar las Navidades con mi familia en Lázaro y los extrañaba «cantidad» (como diría mi abuelita).
Comí alguna de las cosas esas que daban de comer en la casa de asistencia donde vivía, y me fui a mi cuarto a escuchar en un loop interminable la canción de Fobia: La Fecha Especial.
«Hoy es La Fecha Especial y …
Todo sería más fácil
Si estuvieras aquí
Todo tendría sentido
Si cenaras aquí»
En aquellos tiempos y con la tecnología a mi disposición, escuchar una canción en loop no era tan sencillo.
Hoy en día puedes decirle a Spotify que repita la canción una y otra vez.
Incluso en aquellos tiempo quienes ya tenían CD player (que yo estaba a punto de tener pero aún no lo sabía), podían regresarle al inicio de la canción.
Pero ¡yo no! yo tenía una grabadora azul con amarillo y botones rojos, en ella tocaba mi cassette de Fobia y tenía que tener mucho cuidado de rebobinar el tiempo exacto para escuchar una y otra vez esa canción, esa partecita donde recordaba que era fecha especial y que todo sería más fácil «si estuvieras aquí»
En fin, no sé si son cosas normales de adolescente o solo era yo la que me gustaba oír canciones así que me ponían más y más triste y pues ahogarme en el drama para después salir de el.
La Casa de Francia
Como que creo que Indira vivía en Francia, quizá recuerdo mal … les digo que por eso mejor escribo antes de que se me vayan olvidando más cosas. Recuerdo que en su momento me causaba mucha hilaridad la dirección de Indira y hoy no recuerdo exactamente cuál era.
Ok, ok, ok LA CALLE se llamaba Francia, ni crean que aquella es una mademoiselle.
Pues ya, en cuanto terminaba la tortura de «la hora de la comida», Sandra y yo nos volvíamos reunir como todas las tardes y esta tarde no era sin rumbo, ni de basquetbol. Esta tarde ya teníamos plan de ir a casa de Indira.
En realidad tampoco teníamos un plan específico de lo que haríamos con ella, pero nunca era necesario tener plan. Lo chido es que estaríamos juntas y ya con eso yo me daba por contenta en mi fecha especial.
Corre GC corre
Llegamos a casa de Indira y cual sería mi sorpresa que nos dice la muy chula que iba a venir su tía (ya no recuerdo si una tía o una abuelita) el caso es que supuestamente vendría alguien adulto que NO podía vernos ahí a Sandra y a mi.
La verdad es que debí de haber dudado de su mensada de historia porque yo sabía que en su casa yo siempre era bien recibida.
El caso es que nos pidió que nos «escondiéramos» para que no nos fuera a descubrir la tia o abuela o lo que fuera.
Nos metimos al cuarto de los papás y como haría cualquier adolescente normal a esas horas de la tarde, nos pusimos a ver en canal 5 Corre GC Corre. Bueno, ok, lo acepto, no, no era normal que un adolescente viera ese programa, jaja, no tengo idea de porque nos pusimos a ver eso, pero la verdad es que yo era super aficionada al juego de maratón y pues si que me entretenía el programa ese para niños.
Oía yo algo de ruido y movimiento en la planta baja y le pregunté a Sandra que pues ¿qué andaría haciendo la famosa tía? y Sane tan hábil ella, discurrió que participaramos con la tele y jugaramos aquella competencia de corre gc corre que consistía en decir: Miaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuu y quien aguantara más tiempo sin perder la respiración, era la ganadora. 😂😂😂 reí muchísimo y aún rio de recordar las babosadas en las que nos entreteníamos.
Se fue la luz
Después de muchos Miaaaaaaaaaaus y cansancio pulmonar, ya empezaba a caer la tarde (aún no noche) y en eso, que «se va la luz».
Nos grita Indira desde la planta baja: «Sandro, Patricio, ya se fue mi tía y se fue la luz, vengan abajo»
Allá voy bajando las escaleras a media luz y en eso oigo … pausa para enjugar mis lagrimas y tocarme los brazos que se me ponen de piel de gallina … oigo el grito de …
SORPRESA 🎉
Resulta que el famoso movimiento de abajo y «la tía» y blablabla, eran Indira y las otras amigas acomodando todo y recibiendo gente para darme una gratísima y memorable sorpresa. Una fiesta de cumpleaños sorpresa.
Fue tal mi emoción y si, sorpresa, que no atiné más que a ponerme a decir todas las malas palabras que mi vocabulario en ese momento recordó. Finuras tales como: No mamen pinches viejas locas cabronas, etc, etc, etc. Claro, yo pensaba que solo éramos nosotras.
Procedí a abrazar a cada uno de los asistentes, así como nos abrazábamos antes del Covid, super afectuoso y apretado, en bolita y uff, aquel drama en el que me había querido ahogar a la hora de la comida era en ese momento todo lo contrario.
Ya cuando me dejaron decir todas las malas palabras que me sabía y aún más, cuando ya sentí que no podía ser mejor mi cumpleaños. Me dicen las muy cabroncitas … en la cocina está tu regalo!
Y yo así de 🤔
Abro la puerta de la cocina, y ahí, la sonrisa y los ojos que tanto añoraba ver. El abrazo que tanto añoraba recibir.
Ahí estaba parada y super emocionada … Mi mamá!!!!!! 🦋, mi mamita chula estaba ahí disponible para darme no solo los abrazos que tanto deseaba. Y lo que tanto me preocupaba … no me regañó por decir tanta grosería 😘
Si mal no recuerdo, mi mamá me regaló el famoso CD player que quería y las amigas me dieron un CD de INXS (Live Baby Live). O a la mejor todo lo compró mi mamá … no importa. Yo a todas les agradezco. También mi mamá me regaló una sudadera Benetton color vino que por muchos años fue una de mis prendas favoritas y fue lo que me puse para mi primer concierto de U2.
Entre los invitados a la fiesta habían amigos míos de diferentes grupos. Mis acaparinas amigas no me acapararon, me compartieron, e invitaron a personas con las que ellas normalmente no se juntaban.
LAS AMO CABRONAS! SIEMPRE SIEMPRE SIEMPRE las amaré y recordaré ese día.
Hoy que escribo esto, me doy cuenta de que nunca supe de quién fue la idea, quién coordinó, cómo fue que se pusieron de acuerdo con mi mamá, etc.
La verdad, nada de eso importa, y menos a estas alturas.
Hoy a punto de cumplir 47 años puedo voltear atrás y agradecer infinitamente cada etapa de mi vida. Ese fue un día muy especial y vienen otros muchos días especiales.
Tan, tan, esa fue la historia de mi cumpleaños # 17
Con amor,
Pati
Dato curioso: años después Indira casose con Pepe (hermano de Yadi) quien también cumple años el 17 de Enero, copión. Y yo muero de celos pero pues ni modo.